El banco de Dios: A modo de bienvenida
¿Para qué necesita el Vaticano un banco? en la Santa Sede, se encuentra, lo que actualmente es la institución que más especulaciones despierta en la Iglesia católica. Se denomina oficialmente "Instituto para las Obras de Religión" IOR ,aunque la religión es lo menos importante cuando hablamos de este organismo.
El IOR es una institución financiera oficial del Vaticano, pero por otro lado también funciona como una institución de crédito ordinaria -o sea un banco- con importantes clientes que, ante todo, incluso más allá de la rentabilidad, valoran su discreción cuyas cuentas tan sólo son conocidas por el papa y tres de sus cardenales. Ser una institución oficial de un "estado soberano" le otorga al IOR un plus de impunidad a la hora de hacer frente a algún tipo de repercusión legal por sus actividades.
El IOR puede transferir fondos a cualquier parte del mundo sin límite de cantidad o distancia, garantizando la total opacidad de las transacciones ante cualquier mirada curiosa. Su funcionamiento es autónomo y no tiene lazos ni está subordinado a ninguna otra institución de la Santa Sede. Ningún órgano, ni dentro ni fuera del Vaticano, ha sometido nunca al IOR a una auditoría.
La Ciudad del Vaticano alberga tres instituciones financieras: el Patrimonio Apostólico de la Santa Sede, que hace las veces de banco central vaticano, el Ministerio de Economía y el IOR.
Lo curioso es que un Estado de tan sólo ochocientos habitantes necesite de tres instituciones financieras de gran tamaño. El IOR no responde ni ante el Patrimonio Apostólico ni ante el Ministerio de Economía. Los informes del organismo son materia reservada y sólo pueden ser revisados mediante una autorización especial del papa.
El hermetismo del IOR llega a tal extremo que en 1996 el cardenal Edmund Casimir Szoka, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado Ciudad del Vaticano, una de las mayores autoridades del gobierno de la Santa Sede, tuvo que reconocer que carecía de autoridad y conocimientos en todo lo referente al intituto. Para muchos inversores de alto nivel la propuesta que se les hace desde los suntuosos salones del Vaticano no puede ser más tentadora: la posibilidad de invertir cantidades astronómicas de dinero a intereses que pueden alcanzar el 18%, sin riesgo y de forma totalmente confidencial.
A lo largo de su historia, el IOR se ha convertido en una inagotable fuente de escándalos para la prensa europea. Por igual, reporteros sensacionalistas y los más serios y abnegados periodistas de investigación han empleado miles de horas de trabajo, y escrito centenares de artículos y libros, intentando desentrañar la verdadera naturaleza de las actividades de esta misteriosa institución. Se ha hablado de relaciones con la mafia, con el P2, con el tráfico internacional de armas, de evasión de impuestos, de escándalos financieros y de fondos y bienes ilimitados procedentes del ocaso del Tercer Reich. Muchas de estas acusaciones no han sido más que intentos, más o menos oportunistas, de crear morbo a costa del secreto que envuelve al instituto; otras, en cambio, parecen más justificadas e incluso han dado lugar a acciones legales, como las emprendidas en su momento por los supervivientes del Holocausto, reclamando bienes y obras de arte que podrían proceder de incautaciones hechas ilegalmente contra judíos durante el período nazi, como el caso Alperin contra el Banco Vaticano
Pero es quizás en el año 1981 donde una ola de escándalos empezó a desatarse. Se detecto un agujero fiscal de 1400 millones de dólares, uno de los mayores escándalos financieros desde la post-guerra. Este acontecimiento da origen a una interminable lucha de poder -incluyendo muertos y heridos- que termina con la intervención del Banco de Italia y la bancarrota del IOR.
Creeran que una película sobre mafias recreó escenas del escandalo en el IOR ?
Continuara...